María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Estudiantes de la educación pública tanto de primaria como de bachillerato dejan las aulas por diferentes motivos, bien sea económicos o sociales y no regresan a clases por voluntad propia porque el Estado no les brinda incentivos para su permanente asistencia a los planteles. A eso se le une la falta de acompañamiento y orientación de la familia. Especialistas señalan que terminan siendo excluidos del sistema educativo.
Servicio irregular del Programa de Alimentación Escolar (PAE), además la falta de dotación tanto de útiles escolares como de uniformes son tan sólo algunos beneficios que el Estado no garantiza en las instituciones públicas para que los estudiantes, en especial los más vulnerables permanezcan en el sistema, tomando en cuenta que la dificultad económica que tienen no les permite financiarlo.
Raquel Figueroa, especialista en Políticas Educativas, explicó que el mismo Estado venezolano es quien genera la exclusión, pero a su vez la desigualdad. «Y esto se ve con claridad porque no hay condiciones mínimas para el proceso de enseñanza«, destacando que a pesar de que la educación es un servicio que debe ser de calidad, obligatorio y progresivo, en el país no se cumple con esas condiciones y los estudiantes a la larga abandonan y no vuelven a retomar el sistema.
Según datos de la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi), durante el año escolar 2021-2022 se estima que más de 1,5 millones de alumnos permanecieron fuera del sistema educativo durante ese período. Aseguran que esa exclusión educativa afecta en mayor medida y de manera sistemática a los más vulnerables, tomando en consideración que la oferta pública educativa es limitada y la privada es costosa.
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