Euseglimar González | LA PRENSA.- Joven de 20 años murió tras recibir un golpe en la cabeza la madrugada de ayer en Quíbor. El muchacho aunque fue auxiliado murió seis horas después en el Hospital Central Antonio María Pineda.
Eliseo de Jesús Orellana (20), conocido cariñosamente como “Chuy” salió de su casa en el sector Buenos Aires de Quíbor el jueves a las 8:00 de la noche, tras recibir una llamada de su novia.
“Vamos a vernos Chuy”, fue lo que le dijo la novia del joven y lo citó en la cancha que está cerca de su casa. Los familiares no saben qué pudo haber pasado, pero minutos después lo estaban llamando para avisarles que estaba malherido.
Presuntamente “Chuy” y la novia se vieron en la cancha, hablaron sólo minutos y la joven se fue. Vecinos del sector contaron que un tipo “salió de la nada” y le dieron varios tubazos por la cabeza, dejándolo tirado en la calle.
Al muchacho no lo robaron, por eso el Eje de Homicidios del Cicpc descarta el móvil de robo. Siguen tras la pista para dar con el matón.
Los vecinos de la zona no lograron identificar al hombre, pero de una vez corrieron a auxiliarlo. Una amiga de la familia fue quien lo trasladó en su carro hasta la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, y a las 9:30 de la noche fue ingresado.
Eliseo presentó politraumatismo craneoencefálico moderado. Tras seis horas de agonía, a las 2:00 de la madrugada de ayer murió.
Los familiares estaban destrozados por la muerte del joven. Detallaron que sobre el hecho sólo saben que fue la novia quien lo llamó y él salió a verla, pero de porqué lo golpearon no saben. Sobre el caso hay más preguntas que respuestas.
El hermano del muchacho contó que “Chuy” estaba vestido, listo para salir, pues antes de que la novia lo llamara él iba a comprar unos cigarros. Los hermanos del muchacho desconocen si él tenía problemas con la pareja y cuánto tiempo de relación tenían.
“Chuy” era el tercero de cinco hermanos. No tenía un trabajo fijo, pero por el sector donde vivía se ganaba la vida limpiando patios y terrenos. Además detallaron que él no tenía problemas con la justicia y que nunca había sido detenido.
Es mejor dejar el caso de mi hermano en manos de Dios. Él sabrá cómo arreglar esa situación. Por la justicia podemos tener represalias”, comentó uno de sus hermanos.