Ágatha Reyes | LA PRENSA.- Una nueva preocupación llega a comerciantes y empresarios que desde diciembre de 2017 trabajan a pérdidas. Ahora con el anuncio del presidente Nicolás Maduro de obligar a los comerciantes a bajar los precios, sienten que tienen “la soga al cuello”.
Rita Betancourt, presidente de la Cámara de Comercio en Lara, manifiesta que muchos locales en el centro se han visto en la obligación de cerrar sus puertas ante la incertidumbre de nuevas medidas que afectan su funcionamiento.
Detalla que la nueva orden presidencial termina de agravar al sector que desde mediados de 2017 ve cómo sus “finanzas están en picada”. Refiere que en caso de aplicar la medida los comerciantes no tendrán cómo reponer la mercancía. “Hoy compran a un precio y mañana a otro, la inflación se come las ganancias y con estas acciones no habrá manera de reponer los inventarios”.
Esta preocupación es replicada en todos los sectores, incluyendo el empresarial. Alberto Gámez, presidente de Fedecámaras Lara, asegura que el Gobierno nacional sigue demostrando que “no cree en la empresa privada, y sólo quiere acabarla”, sentenció.
El señalamiento lo hace al mencionar que desde el Ejecutivo nacional no se está dando seguridad jurídica para inversionistas, empresarios y comerciantes.
Manifiesta que de aplicar el decreto donde comerciantes y empresarios deben bajar precios al costo de diciembre, en el caso particular de Lara tendrían que también bajar el pago de impuesto.
Considera que sería una medida justa luego que concejales de Iribarren aumentaran el 100 % a finales de 2017.
Gámez explica que hasta la fecha, el 60 % de las empresas aún no han decidido si abrirán sus puertas porque no tienen seguridad de mantenerlas activas. “Esto puede empeorar el desabastecimiento en Lara”.
Sin ventas
En la tercera semana del año aún hay comerciantes que no han logrado alcanzar las metas en ventas para cubrir gastos básicos de los locales. Tal es el caso de María Santos, quien dirige una zapatería en el centro de la ciudad, explica que en lo que va de año sólo logran vender un par de zapatos diario y en el mejor de los casos dos.
Lo que ha llevado a que el dueño del comercio ya esté pensando en cerrar por completo sus puertas, menciona que la situación se vuelve insostenible porque deben buscar otros ingresos para poder cubrir los gastos de personal y de alquiler que pueden llegar a un costo mínimo de un millón de bolívares.
Comenta que ya hay comercios que han puesto la mercancía en “remate” para cerrar definitivamente porque no pueden seguir costeando los negocios. “Los vecinos de al lado se fueron el 15 de diciembre y dijeron que no abrirán más. Esto se está poniendo cada vez peor”.
Sobella Baptista, quien también trabaja en una zapatería, mencionó que los anaqueles están quedando completamente vacíos y que con las ventas diarias no logran reponer la mercancía. “Había zapatos en 400 mil, pero cuando fuimos a comprar mercancía nueva al mayor cuestan 900 mil”, dijo.