Osman Rojas | LA PRENSA.- Parado frente a la pista de atletismo del Máximo Viloria está Francisco Campos. Este atleta de 14 años denota cansancio, pero basta con su mirada muestra que seguirá esforzándose. “¡Ya!”, le indica la partida su entrenador y el joven a los 17 segundos y 44 centésimas detiene el cronómetro.
La marca está lejos del récord nacional (que es de 12’ 66”); sin embargo, entrenador y corredor celebran como si hubiesen ganado una medalla olímpica. “Es tu mejor tiempo en semanas”, le alienta su maestro antes de darse media vuelta para atender a La Prensa.
“Tiene una técnica perfecta y una determinación única”, comenta el entrenador quien completa su idea diciendo que es una “lastima que con atletas de élite no pueda competir”.
La aseveración se debe a que el joven prospecto no tiene el peso ideal para codearse con los mejores. “El muchacho está flaco”, suelta el preparador y estas frases son lapidarias, pero sirven para reflejar el problema con el que debe lidiar la generación de revelo en el deporte venezolano: la escasez de alimentos en las calles que los limita en el desarrollo de su físico-deportivo.
Hace un par de semanas Kenneth Zseremeta, técnico de la vinotinto femenina que ha jugado dos copa mundiales FIFA, denunció que la sub-20 que participaron en los Juegos Bolivarianos de Colombia presentaban problemas de peso y que por eso no rendían en las competencias de alto nivel.
Las aseveraciones del técnico, al parecer, le costaron la destitución, pero abrieron una olla de problemas y carencias que nadie ha podido cerrar; y es que, la llamada “generación de oro” (nombre que usó el chavismo para catalogar a los deportistas apoyados durante su gestión), pasa trabajo para poder alimentarse.
“Es triste la desaparición de canteras deportivas. Es algo grave que no se asimila todavía. Durante los últimos años nuestros atletas se han encargado de levantar el pabellón criollo y ponerlo en lo más alto, pero ese crecimiento progresivo está amenazado por la crisis. Este país es potencia en atletismo y en boxeo pero eso se quedará en el pasado si nuestros jóvenes siguen con la alimentación actual que es puro frijoles y pan”, denunció Miguel Montes, entrenador.
El hombre explica que los primeros resultados de la dieta de “frijoles y pan” se reflejaron en los pasados Bolivarianos donde Venezuela cedió el paso a países como Colombia o Argentina cuando normalmente los criollos dominaban.
“El biotipo de nuestros atletas había mejorado y se convirtió en superior a varios países y sólo Brasil eran de más nivel. Por ejemplo en el atletismo la zancadas de nuestros corredores son más largas y hasta elegancia tenían ahora vemos como la etiqueta de países tercermundista nos la pegaron en la frente”, continuó.
Pero lo más preocupante que observa Montes no es eso, sino el futuro. “Vamos a mandar a deportistas amateur a competir en la élite. Habrá que apoyar a los países vecinos en las venideras olimpiadas”.
Lo dicho por el entrenador coincide con lo denunciado por María Pérez, diputada de la AN por Lara e integrante de la Comisión de Salud, quien advirtió que la crisis afecta a todos los niños de Lara hasta el punto que crecían con problemas en talla y peso. “Retrocedimos 20 años en materia de alimentación y crecimiento”, dijo la doctora.