Evana Materán | LA PRENSA.- Vender café en vasito en las calles ya no es tan rentable como en años anteriores. El aumento constante de los ingredientes para prepararlo influyó en el precio del negrito y ha alejado a muchos clientes.
Para vender todo el café que contiene un termo los vendedores deben pasar todo un día esperando a los clientes. Los precios del café pequeño varían entre Bs. 700 y 800, mientras que el grande llega a los mil 500 bolos.
Son pocos los guaros que todavía prefieren beber un negrito caliente. Quienes lo compran sólo pagan por el vaso pequeño, pues comentan que es difícil sacar del bolsillo el efectivo para gastarlo en un vaso grande.
“A veces la gente no tiene para pagar”, expresó Ruth López, quien recordó que la falta de billetes en la calle impide que la persona se dé el privilegio de gastarlo en café.
Añadió que sólo se está vendiendo el “negrito”, porque al prepararlo con leche tendría que venderse más caro. Los cafeceros comentan que comprar los ingredientes para preparar la bebida también es un dolor de cabeza. Cuando consiguen café y azúcar deben pagar hasta 60 mil bolívares por un kilo de cada uno.
Otros han tenido que comprar en las bodegas las bolsas pequeñas a Bs. 5 mil. “A cada termo le tenemos que echar tres bolsas de cada uno”, comentó Raquel Pérez, quien tiene siete años trabajando como vendedora de café.
Sacó cuentas de todo lo que invierte y justificó que el precio del vaso de café supere los mil bolívares. Lamentó que aún así no tienen ganancias como en épocas anteriores cuando vendía hasta dos termos antes del mediodía.
En restaurantes, la taza de café puede costar Bs. 10 mil. Son pocos los clientes que aceptan tomárselo después del almuerzo, pues algunos prefieren aguantarse las ganas.