Karla Torres | LA PRENSA.- Ayer en el Hogar de Niños Impedidos (Honim) se dio gracias a Dios por los 35 años que tienen de labor y sobre todo para agradecer que, a pesar de la grave crisis del país, pueden brindar ayuda a los 68 muchachos que viven en el hogar.
Entre cuentos, risas, música e inocencia, niños del hogar disfrutaron de un día diferente en el que ellos fueron los protagonistas. Grupos de voluntarios como Proyecto amor y Cuenta cuentos de la ciudad se hicieron presentes en el lugar para fomentar actividades recreacionales para el público en general.
Madres cuidadoras y el padre Laudencio Betancourt, director del Honim, explicaron que la falta de medicamentos, alimentos y productos de higiene personal son algunas de las principales necesidades de la casa hogar y que en los últimos meses, para sortear la crisis, se las han ingeniado reemplazando estos productos. Explican que ante la falta de harina de maíz precocida bueno es el maíz, pero han tenido que prescindir de los enlatados, el pollo y la mayonesa lo que hacen que los platos no sean balanceados.
“A veces no se toman los medicamentos”, afirma el padre Laudencio preocupado por no conseguir el tratamiento para los niños que convulsionan. Contó que han recurrido a entes gubernamentales y privados solicitándole ayuda para abastecerse con las medicinas necesarias para los tratamientos de cada niño.
La casa hogar tiene presupuestado 300 millones de bolívares para su funcionamiento de los cuales la gran parte de ese dinero proviene de la donación de empresas privadas, pero esto no alcanza.
En la jornada de ayer, los trabajadores y voluntarios apagaron las velitas de los 35 años pidiendo un deseo: ayuda de sus benefactores.