María Betania Jordán | LA PRENSA DE LARA.-& ;Desde el año 1998, los caficultores de Lara y otros estados productores de café han sostenido una lucha que no ha cesado por un precio justo del quintal del café que les permita poder producir y además cubrir sus necesidades básicas. Así lo aseguró Maximiliano Pérez, quien forma parte de la Federación de Caficultores de Venezuela.
«Desde hace 25 años se marcó una lucha ética que tuvo un antes y un después», dijo Pérez, haciendo referencia a que desde el 31 de agosto de 1998 estuvieron 18 noches y 19 días en protestas frente al Ministerio de Agricultura y Cría, ubicado en la avenida Los Abogados, al este de Barquisimeto y lograron que el quintal de café pasara de 20 mil a 42 mil bolívares en aquel entonces; situación que a pesar de la lucha hoy el producto sigue por debajo de su valor afectando la vida de los caficultores.
El directivo de la Federación de Caficultores de Venezuela detalló que en noviembre del año pasado el quintal del café quedó aprobado para ser cancelado entre 220 y 240 dólares; sin embargo, lo siguen pagando a 160 dólares,& ;que es el precio internacional «y no se toma en cuenta el costo de producción en el país». Mencionó que en Lara, al igual que en otros estados como Mérida hay problemas con el combustible y las fincas donde se siembra el café están alejadas y necesitan transporte, lo que significa que todo eso suma un costo adicional. La situación implica que si se habla del precio internacional por quintal del café todos esos gastos no son tomados en cuenta y el productor es quien se ve afectado.
Según datos del Sindicato Nacional del Café, antes había un promedio de 85.000 familias en el país que se dedicaban al cultivo de café, mientras que hoy se estima entre 8.000 y 10.000, lo que significa que se trata de una merma del 90%. «Muchos se fueron a otros países», dijo Pérez mientras indicaba que no pueden con la situación económica del país y el bajo precio del quintal del café.
«La siembra del café es familiar, trabaja desde el abuelo hasta un niño», agregó mientras explicaba que con el precio tan bajo no puedan tener acceso a una vivienda digna, educación privada si así lo desean y todos sufren las mismas consecuencias, hasta el punto de que ni siquiera se pueden actualizar en sus fincas.