El recién electo presidente de Panamá, considera esta iniciativa como una prioridad para su administración. El recién electo presidente de Panamá, considera esta iniciativa como una prioridad para su administración. Redacción | LA PRENSA DE LARA. – El gobierno entrante de Panamá, que asumirá funciones el próximo 1 de julio, ha dado inicio a contactos diplomáticos y estudios a través de organismos internacionales con el propósito de materializar su compromiso de «cerrar» la frontera del Darién, la densa jungla que limita con Colombia y por la cual diariamente transitan miles de migrantes irregulares en su ruta hacia Norteamérica.
José Raúl Mulino, quien prometió esta medida durante su campañ;a, considera esta iniciativa como una prioridad para su administración.
El designado ministro de Seguridad Pública, Frank Ábrego, encargado de liderar este desafío, ha confirmado que se han iniciado los estudios y los contactos a nivel internacional para llevar a cabo esta acción.
Ábrego, antiguo director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), nombrado por Mulino como responsable de Seguridad Pública, cuenta con experiencia en enfrentar retos en la zona fronteriza.
El ministro destacó que lograr el cierre de la frontera del Darién no será una tarea sencilla dada la extensión de 260 kilómetros de selva, pero expresó confianza en que es posible. Ante las preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos en el proceso de repatriación masiva anunciado, Ábrego afirmó que Panamá ha sido históricamente protector de estos derechos.
Actualmente, los migrantes irregulares reciben atención en puestos fronterizos donde se les provee alimentación, servicios de salud y se registran sus datos biométricos.
El flujo de migrantes irregulares que han atravesado el Darién ha sido significativo, con más de 153.003 llegadas registradas en lo que va del añ;o y más de 520.000 el añ;o pasado, evidenciando la magnitud de la crisis humanitaria.
Unicef alertó sobre el aumento en el número de menores y adolescentes que cruzan la selva, proyectando cifras alarmantes para el futuro.
José Raúl Mulino, al ser proclamado presidente electo, sostuvo que el cierre de la frontera implica un enfoque humanitario que involucra repatriación con respeto a los derechos de los individuos.
Su mensaje reitera la determinación de no permitir que Panamá sea utilizada como una ruta de tránsito y asegura que aquellos que lleguen irregularmente serán devueltos a sus países de origen de manera correcta y en colaboración con la comunidad internacional.