Venezuela está dando sus primeros pasos en la producción y consumo de plantas halófitas o vegetales marinos
Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Se les considera «superalimentos» por la cantidad de micronutrientes que contienen en yodo, magnesio, hierro y vitamina A. Los vegetales marinos son sacados de las costas venezolanas y están revolucionando la alta cocina en Caracas y la isla de Margarita por un grupo de chef creativos, que sorprenden a comensales con suculentos sabores que no son tradicionales de la cultura culinaria venezolana, pero que gustan.& ;
Octavio Teruel, biólogo marino y miembro del Instituto de Investigaciones Científicas (IVIC), tiene ocho años estudiando las propiedades nutracéuticas de los vegetales marinos, que se conocen con el nombre científico de plantas halófitas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), llama a los vegetales marinos la agricultura del futuro, ya que la agricultura tradicional está amenazada por el cambio climático, la salinización de los suelos y la limitada cantidad de agua dulce que existe para el riego. Las plantas halófitas viven con el agua de mar. Por sus propias características naturales, también se saben defender de las plagas, no necesitan pesticidas ni fertilizantes, porque el mar les aporta todos los nutrientes.
Estas plantas nacen en la orilla de la playa, incluso a donde llegan las olas, otras viven en manglares, en salinas y hasta se dan en desiertos o médanos. De manera milenaria las algas son utilizadas en la gastronomía asiática, pero el consumo de plantas halófitas es relativamente nuevo en el mundo. Aunque en los últimos años han ganado terreno en las cocinas de Italia, Francia y España, pero su consumo aún no es masivo. Está dando sus primeros pasos para ser considerada un potencial agropecuario y se desarrollan investigaciones para ver su utilidad en la medicina.& ;& ;
Los vegetales marinos de la costa venezolana han sorprendido al afamado «Chef del mar», Ángel León, un español que ha ganado tres estrellas Michelín, dueño de uno de los 50 restaurantes más sostenibles del mundo. Teruel trabaja como parte de su equipo de investigación y comenta que tanto las «aceitunas marinas como las habas de mar venezolanas» han emocionado al chef, quien los ha mezclado con otros alimentos exponiendo sus virtudes en el San Sebastían Gastronómika, el mejor evento de gastronomía más importante del mundo.