El Día internacional de la Tierra se celebra cada 22 de abril y es dedicado al planeta
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El peligro latente no es solamente por el cambio climático, sino por los daños en deforestación que sufre la madre tierra. De allí, insistir en el llamado a la conciencia desde estudiantes y comunidad en general para sumarse al cuidado del hábitat, así como incorporar iniciativas de reforestación. Este fue el llamado durante el Día Mundial de la Tierra a alumnos de bachillerato, apostando a la sensibilidad en un conversatorio, en el Museo de Barquisimeto.
Se escucharon las explicaciones de Indira Sánchez, miembro de la Fundación de Desarrollo Sostenible y Gestión Ambiental (Fundacid) de Cabudare, quien empezó por cuestionar que el día de la tierra es más allá de una efemérides, sino de la celebración de la vida durante todo el año. «Es estar consciente del problema al que no se le da la importancia, con incendios e inundaciones», cita de lo urgente de empezar a luchar desde todos los aspectos.
Acuden a las invitaciones para charlas, bien sea en recintos culturales o planteles educativos, así como en la formación de guardaparques del parque nacional Terepaima. Son temas que trascienden y advierten las incidencias en la pérdida de biodiversidad. «La gente no tiene conciencia de lo que está haciendo», se queja de los incendios provocados en reservorios forestales que difícilmente se recuperan, más aún en zonas semiáridas.
«Se puede empezar con el abordaje desde lo lúdico y formativo, del cuidado del hogar que se puede inculcar con el juego», señaló Héctor Liscano, guardaparque acompañado por la marioneta llamada Roque Bracamonte, para mayor interacción con los niños y adolescentes. Unir fuerzas es seguir apostando a prevenir, de allí esta parte creativa en la formación ambiental.
Con este personaje visitan escuelas y comunidades, además de complementar con video foros, cine bajo las estrellas. Valerse hasta de las herramientas circenses para sensibilizar en las zonas rurales.
Jorge Elias Perozo y Antonio García del movimiento Cotoperí, participaron y recordaron los daños en el semiárido larense, entender la importancia de la convivencia con la tierra y el sentido de pertinencia, sin llegar a depredar. Además llaman al Estado a la protección del ambiente desde la norma jurídica, obligar al cuidado de la naturaleza, al interpretar un tema dedicado al árbol de semeruco.