Una apreciación del tipo de cambio reduce las exportaciones del país y un aumento de las importaciones
Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- La variación del tipo de cambio oficial, del 2 de enero al 19 de marzo, apenas fue de 0,86%, algo poco inusual en la última década de la economía de Venezuela. Según el portal web Banca y Negocios, el Banco Central de Venezuela (BCV) ha inyectado 859 millones de dólares en 2024 a las mesas de cambio, para evitar la presión de las subidas del precio del dólar, aun cuando el país sigue teniendo la tercera inflación anualizada más alta del mundo. Esto ocasiona una apreciación del tipo de cambio que destruye al sector industrial, porque mientras el precio del dólar sea «artificialmente barato» se incentivan las importaciones de productos terminados que ingresan compitiendo deslealmente con los precios de los productos nacionales.
«Compiten con productos importados que vienen con un tipo de cambio muy barato, una mercancía que muchas veces no paga impuestos de nacionalización, y que algunos empresarios se aprovechan o disfrutan de la corrupción que existe en muchas de las aduanas venezolanas, al final lo que ocasiona es que la producción importada compita sin equidad de condiciones con la producción nacional…El tipo de cambio actual no es realista, no es 35 o 36 bolívares, el tipo de cambio real es probablemente 70 o 75 bolívares por dólar», así lo explicó el economista, José Manuel Puente, profesor titular del IESA, resaltando que una apreciación del tipo de cambio termina beneficiando es al sector comercial, antes que al sector industrial o manufacturero.
Afirmó que en el país hay una «ilusión de armonía» en cuanto a la inflación. Datos del BCV señalan que la inflación anualizada se ubicó en febrero en 76%, mientras que el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la ubicó en 85%. Una inflación de dos dígitos que no se veía desde 2014. «Básicamente hay una manipulación del Ejecutivo nacional tratando de suavizar el ritmo de crecimiento de los precios y generar una ilusión de armonía para hacer creer que han controlado la inflación«, expresó. Esto sucede cuando la población está a cuatro meses y ocho días de las elecciones presidenciales pautadas para el 28 de julio, un año en el que se proyecta un mayor gasto público en campaña.
Para el economista, Jesús Casique, el oficialismo ha incentivado la «economía de puerto«, porque la mayoría de los bienes y servicios se importan. Indicó que este año uno de los factores que ha hecho que la inflación se haya desacelerado es la disminución del financiamiento del BCV a Pdvsa. «Ha bajado la monetización, el financiamiento del BCV a la estatal petrolera ha disminuido, y desde hace tiempo venimos proyectando que el año 2024 podría cerrar con una inflación de dos dígitos. Claro, una inflación baja porque el consumo privado está contraído», resaltó.
El 6 de marzo, el OVF indicó que en febrero el país registró inflación negativa de 0,5%, asegurando que se trataba de deflación. Casique refutó esa información. «Esto no es una deflación. No hay reducción de precios generalizado. Para que haya una deflación, la tasa de inflación anual tiene que ser negativa y eso aún no ocurre«, precisó.
Joaquín Áñez, presidente del Colegio de Economistas del estado Lara, aclaró que el concepto de deflación es una caída de los precios en el mercado. «Mal que bien la inflación no es mala, lo que hay es que controlarla, porque la inflación te da crecimiento, aumentan los precios, la gente vende. Pero deflación quiere decir que no hay dinero para comprar, los precios están bajos, el comerciante pierde rentabilidad porque está sacrificando su capital y muchas empresas tendrán que cerrar las santamarías», aclaró.
Puede ampliar esta información en nuestra edición impresa de este miércoles, 20 de marzo.& ;