& 3 millones de niños y adolescentes se encuentran excluidos del sistema educativo, según un sociólogo.&
Euseglimar González I LA PRENSA DE LARA.- Como una frustración, así identifican los jóvenes la disminución de las oportunidades para ellos en Venezuela y dicen que han sufrido de exclusión social, afectándolos en la participación de estudios y trabajos.
Para Carlos Meléndez, sociólogo y director del Observatorio de Universidades (OBU), lo que ha ocurrido en la sociedad venezolana es que producto de la disminución de las oportunidades, los jóvenes han sufrido exclusión cuando buscan bienestar. Destacó que en el proceso de modernización en Venezuela se crearon unos mecanismos para que existieran las posibilidades de ascenso social, como la universidad y el trabajo que les permitía a las personas avanzar.
«Estos dos mecanismos han perdido su significado, por una parte, porque el trabajo, que tiene un sentido te garantiza los recursos para convertir esa remuneración en alimentación, en salud, en una mejor vida, pero lamentablemente el trabajo de hoy es precarizado, un trabajo denigrante, con pocos ingresos que en algunos extremos se convirtió en forma de esclavitud moderna«, indicó Meléndez.
Moisés Villegas, estudiante de Contaduría de la UCLA, es uno de los tantos muchachos que ha sufrido la exclusión de oportunidades, él trata de inscribir sus materias en el horario de la mañana para que la tarde le quede libre y así poder conseguir trabajo para costearse sus estudios; sin embargo, una de las limitantes es que las empresas buscan empleados para laborar a tiempo completo.
«La crisis económica que estamos viviendo hoy en día nos afecta a todos, hasta para estudiar y comer, esta es una prioridad que tenemos que tener cubierta para poder ir a la universidad tranquilo. A veces pienso en irme del país, pero hasta eso se ha vuelto complejo», comentó Villegas.
Estudiar en ese contexto social los llevó a tener otro destino, porque se trataba de perder la prioridad que es alimentarse y vivir. Yonaide Sánchez, socióloga, resaltó que 3 millones de niños y adolescentes se encuentran excluidos del sistema educativo, y un millón adicional corresponde a los desertores.
Los niveles de educación en el país son preocupantes, sostiene Sánchez, porque hay jóvenes que no tienen un trabajo fijo y tratan de vender de todo, recurren al comercio informal, con ventas de tortas y helados. Y en el peor de los casos, la sociólogo Sánchez se mostró preocupada debido a que un grupo de jóvenes puede terminar involucrado con grupos delictivos, debido a que la crisis económica y política los ha arrastrado a esas decisiones.
Ambos sociólogos concordaron que en Venezuela hace falta políticas públicas en educación para así poder atender a los jóvenes que no tienen cómo salir adelante y que ya migrar no es una de las vías más «fáciles», debido a las restricciones migratorias que se les está poniendo a los venezolanos en la mayoría de los países.
Alejandro Soler, estudiante y miembro de Voto Joven, describió que existen jóvenes larenses que sufren de apatía y piensan ¿para qué voy a estudiar?
«Existe desmotivación. Se quieren ir del país porque aquí no hay oportunidades», dijo Soler.