Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.-En el Servicio de Neurocirugía del Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga de Barquisimeto muere un niño cada 48 horas.
Las precarias condiciones en las que se encuentra una de las áreas especializadas más importante del centro médico infantil parece condenar a los enfermos a una muerte temprana, pues la institución no tiene ni batas para realizar la cura a los pacientes.
De acuerdo a lo denunciado por las madres de niños hospitalizados en la institución no están haciendo intervenciones de cráneo (la mayoría de estos pacientes sufren de hidrocefalia) por la falta de neuroendoscopio (aparato que permite hacer intervenciones sin afectar el cerebro) y cuyo alquiler cuesta mil 740 dólares por niño.
«De dónde vamos a sacar tanta plata para operar a alguien. Es injusto que los padres estemos en esta situación y más porque en el Seguro Social hay un equipo que puede ser usado para estas operaciones. Lo único que hay qué hacer es mandar a repararlo. Falta voluntad», decía con lágrimas en sus ojos la señora Sandry Cordero, madre de uno de los 12 niños hospitalizados en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Pediátrico.
Los padres denunciaron que, además de no contar con el neuroendoscopio, la institución debe improvisar los sistema de derivación (aparato que sirve como válvula externa para frenar el exceso de líquido) pues en el Pediátrico no hay y los padres utilizan potes vacíos de solución fisiológica. «Son sistemas artesanales que generan infección en los niños, pero no tenemos opción. En el Hospital Central hay Sistemas de derivación pero no nos donan», decía María Romero, otra de las madres consultadas.
Lo que más preocupa a los padres es la postura silente de las autoridades, pues a nadie parece dolerle un servicio en el que, en la última semana, fallecieron tres niños por no ser operados a tiempo. «Nuestros hijos se están contaminando y nadie hace nada», dicen.