María B. Jordán I LA PRENSA DE LARA.- La realidad económica que vive el país afecta a todos los sectores y los universitarios no son la excepción, lo que impacta directamente en la seguridad alimentaria, al punto de que comen menos, mientras que el bienestar psicológico también se ve afectado porque presentan síntomas de depresión y ansiedad, esto es reflejado tanto en profesores como estudiantes de 64 universidades del país, públicas y privadas.
De acuerdo con la Encuesta del Observatorio de Universidades sobre las Condiciones de Vida de la Población Universitaria de Venezuela (Enobu) 2023, arrojó que en cuanto a la parte económica ya sumarán casi dos añ;os sin ajuste de salario, por lo que el 69% de los profesores debe realizar otra actividad adicional a la docencia para poder obtener ingresos, mientras que entre un 10 y 19% recibe ayuda de amigos y familiares que están dentro y fuera del país para poder compensar la falla económica. Según el informe, el ingreso mensual se traduce en que un 51% de docentes devenga entre 61 dólares y 325 dólares.
Para tomar la muestra, Carlos Meléndez, sociólogo y además directivo del OBU, precisó que sumaron 3751 encuestados de 42 universidades públicas y 22 privadas, siendo 2620 la muestra de estudiantes y 1131 profesores. «Y sin duda el deterioro económico es el reflejo de la deficientes condiciones alimentarias y salud mental», siendo esto lo que causa mayor impacto dentro de la investigación.
En cuanto a la economía de los estudiantes, el informe refleja que 56% realiza alguna actividad para tener ingresos, mientras que un 24% recibe ayuda de familiares o amigos en el país y un 10% de personas desde otros países. Además de eso, el 97% no recibe becas universitarias, mientras que el 92% de los consultados por OBU aseguró que no percibe los bonos del sector público.
Ariel Pérez, quien es presidente del movimiento estudiantil del núcleo en Barquisimeto de la Universidad Central de Venezuela (UCV), dijo que los resultados del informe revelan la realidad que vive el sector, por una parte por los bajos sueldos de los profesores, pero por la otra las maromas que hacen los estudiantes. «Algunos no incluyen toda la carga académica para que les quede tiempo de trabajar, mientras que otros estudian un semestre sí y otro no para poder generar ingresos».
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