Eduardo Soteldo | LA PRENSA de Lara.- La odisea que representa hacer una cola para surtir de gasolina en la región larense ha generado consecuencias significativas en los ciudadanos y es que más de uno tiene que pedir días libres o simplemente dejar de trabajar, en el caso de los chóferes, para llenar el tanque.
José Perosa, confiesa que ha tenido que optar por calarse la cola un día para poder trabajar el siguiente, pues las colas son tan descomunales que pasa más de seis horas esperando su turno en una bomba.
Casos como el de Perosa se repiten, tal como le pasa a Edgar Suárez, otro chofer al que le ha tocado frenar sus rutas diarias para sacar tiempo y cargar su vehículo, que utiliza para hacer conseguir su «pan de cada día». El mismo dice que en ocasiones no trabaja por dos días seguidos en busca del tan preciado combustible.
«Exactamente así estoy yo, ahí tengo el papelito en el carro con el que trabajo un día sí y un día no, hasta dos días paso buscando gasolina», comenta Suárez.
La actualidad dicta que salir temprano a surtir no significa tener más posibilidades de equipar el carro, ya que la fila de espera es tan larga que deja a más de uno por fuera y con la triste de realidad de haber perdido el tiempo, por ende, tener que «cazar» otra bomba donde comenzar la espera de nuevo.
Una realidad que se extiende a más de uno que se ve golpeado por la escasez de gasolina, que una vez más, genera casos en Lara.