Agencias | LA PRENSA DE LARA – La justicia argentina investiga el complejo proceso que llevó a Diego Maradona a la muerte, y este fin de semana ha puesto la lupa en su último médico personal, Leopoldo Luque, a quien convirtió en el primer imputado de una causa que provisionalmente ha pasado a ser tramitada como homicidio culposo, reseñó El País.& ;
En busca de presuntas irregularidades, la Fiscalía registró este domingo por la mañana el domicilio y el consultorio médico de Luque, un joven facultativo de 39 años que en 2018 comenzó a atender a Maradona y decidió la última cirugía a la que fue sometido el exfutbolista, un edema cerebral a comienzos de mes. Pocos días atrás, en medio de sus desórdenes de salud, Maradona se había golpeado la cabeza contra el suelo de su casa.
Luque, un neurocirujano de excelente reputación entre muchos de sus compañeros, se ha mostrado sorprendido por la decisión de la justicia. Compañeros de trabajo han explicado que está «devastado anímicamente«. Según coinciden sus últimos ayudantes, Maradona era un paciente difícil de tratar, poco dócil ante las decisiones médicas y con un historial clínico que incluía múltiples y severas complicaciones en su desgastado cuerpo.
La última foto que se publicó de Maradona, abrazado a Luque y con una venda sobre su cabeza después de la operación, fue subida a las redes sociales por el propio médico 10 días antes de la muerte del futbolista, el pasado 14 de noviembre. Parte de la familia del ídolo mostró su disgusto con Luque, quien desde entonces habría perdido el control total que tenía sobre el día a día médico de Maradona, aunque el jueves 16 lo visitó en su casa para quitarle los puntos de la operación.
Entre el 11 y el 25 de noviembre, tras haber recibido el alta de la clínica y haber ingresado en lo que se suponía era una internación domiciliaria, Maradona convivió con dos enfermeros las 24 horas del día. El encargado del turno de noche controló a las seis de la mañana del miércoles pasado, cuando terminaba su turno de trabajo, que el exfutbolista seguía respirando.
El otro sanitario mintió en su primera declaración ante la justicia, cuando aseguró que había escuchado levantarse a Maradona a media mañana para ir a orinar. Este, según comprobó la justicia, murió mientras dormía de una insuficiencia cardíaca que le generó un edema agudo de pulmón, aunque todavía no se sabe la hora exacta.
La ausencia de signos vitales en el ídolo fue descubierta por la psiquiatra y el psicólogo, quienes llegaron al domicilio de Tigre, al norte del Gran Buenos Aires, a las once de la mañana. Ante la advertencia de la situación dramática, Luque llegó al lugar a los pocos minutos y avisó pasado el mediodía de que había muerto un paciente de 60 años. No dijo de quién se trataba.
Uno de los enfermeros declaró ante la justicia que el último encuentro entre Maradona y Luque terminó con una fuerte discusión y un empujón del exfutbolista al doctor, aunque al mismo tiempo relativizó esa situación: él solía mostrarse reacio ante los médicos y asistentes de salud, muchas veces con episodios violentos. «Hablé con Diego el fin de semana y me dijo: ‘Me tienen acá encerrado, yo quiero salir'», contó Hugo, uno de sus hermanos.
A su vez, los enfermeros explicaron a los fiscales que no habían podido ingresar en la habitación de Maradona y que le pasaban las pastillas recetadas a través de los auxiliares. Según los investigadores, esa falta de comprobación exacta de qué medicamentos tomaba el paciente y cuáles no puede marcar una presunta irregularidad en la internación domiciliaria. De ahí que la causa, que se había iniciado como «averiguación de causales de muerte», haya sido elevada de manera provisional a homicidio culposo. En las próximas horas se sabrán los resultados toxicológicos en sangre y orina.
Fuente informativa: El País.& ;