Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- El país pasó del desabastecimiento de alimentos a la mortandad por hambre en tan sólo seis años. Así lo aseguró Rodrigo Agudo, director de la asociación civil Red Agroalimentaria de Venezuela, al precisar que debido a la paralización de la producción por la crisis económica, la escasez de combustible y la caída de las importaciones de insumos y materia prima agrícola, lo que ahora exhiben los anaqueles de abastos y supermercados es tan sólo el 20% de los productos que debería consumir la población, pero paradójicamente no se registra escasez, porque sólo el 10% de la gente tiene el salario para pagarlos. «El resto vive en pobreza extrema, ya no sobreviviendo, muriendo«, enfatizó.
«Llegamos a este punto por la política equivocada que el gobierno ha tenido desde el 2000, política de agredir a la inversión privada que es la que generaba riqueza, y pensar que la bonanza petrolera iba a ser eterna. La ideología basada en el populismo colapsó en 2014 y a partir de 2015 se ha desatado una crisis progresiva que ocasionó la hambruna», comentó.
Venezuela que tuvo excedentes en ingresos petroleros hasta 2008, pudo abastecer el 65% de los alimentos que consumía. El 35% restante era importado, pagado con renta petrolera y buena parte con capital privado. Según Agudo esa realidad dio un giro de 180 grados en 2014, año en el que el gobierno no pudo seguir endeudándose a través del financiamiento externo para pagar el gasto público, y es allí cuando inicia el descalabro de la economía, que comenzó a hacer estragos en la calidad de vida del pueblo.
«La política de intervención del sector privado tras haber expropiado más de 6 millones de hectáreas productivas y de nacionalizar empresas, se agotó. En 2015 no pudieron mantener el gasto fiscal, ni garantizar la importación de alimentos que ya no producía el campo venezolano por falta de incentivos financiero y confianza, y fue cuando apareció el desabastecimiento. Había el producto, pero la gente ya no podía escoger entre varias marcas», dijo.
En 2016 el especialista, indicó que el país vivió una fuerte escasez de productos de primera necesidad, se originaron las largas filas de personas fuera de los supermercados y las empresas siguieron bajando disminuyendo su operatividad.
«Llegamos al 2017 y la escasez se convirtió en hambre. La población en vez de comer tres veces al día comía dos veces o una vez para rendir lo poco que tenía. Empezó la hiperinflación en el país que no le permitía a quienes ganaban salario mínimo pagar los alimentos necesarios», mencionó.
Los años 2018 y 2019 fueron de caos total. Afirma que la gente ya no comía una o dos veces al día, sino un día sí, otro no, es decir, el país dejó de consumir los requerimientos mínimos de alimentos. «De 63 gramos de proteína que cada persona requiere consumir al día, tan sólo los venezolanos están comiendo 20 gramos, y de 2.200 calorías estamos consumiendo menos de 1.200″, resaltó.
Asegura que en 2020 con la pandemia el caos se exacerbó. «La mortandad está empezando, hay hambruna. Venezuela está entre las cinco naciones con hambruna que registra la Organización de Nacionales Unidas. Los otros cuatro países, la República Democrática del Congo, Sudán, Yemen y Afganistán están en esta situación porque registran una guerra civil», comentó. En Latinoamérica el país registra niveles de pobreza por encima de Haití, El Salvador y Guatemala.
Sin alimentos
Según Fernando Camino, expresidente de Fedeagro, durante el ciclo de invierno que inició en mayo, el más importante del país, sólo se cultivaron 120 mil hectáreas entre maíz blanco para consumo humano, y amarillo para animales como aves y cerdos en los estados Guárico, Portuguesa y Barinas. De arroz sembraron 30 mil hectáreas. Esa cantidad sólo da para atender la demanda por mes y medio aproximadamente.
«El ciclo de invierno fue afectado por la falta de agroquímicos, semillas y la escasez de combustible. Los productores necesitan gasoil para trabajar la tierra y gasolina para transportar las cosechas desde las unidades de producción hasta los centros de consumo», comentó.
Informó que en 1998 el país llegó a producir un millón de toneladas de maíz blanco y dos millones 500 mil toneladas de maíz amarillo. De arroz se cosechaban más de 500 mil hectáreas y se exportaba el excedente. «El sector más afectado es el de hortalizas. Hay desabastecimiento en los mercados porque los productores no consiguen combustible, pero lo más lamentable es que el gobierno está permitiendo que ingresen por vías del contrabando papa y cebolla de Colombia», afirmó.
Asegura que esos rubros se están comercializando sin control sanitario y bajo la mirada complaciente de las autoridades.
Camino también denunció que el gobierno retrasa cada vez más el tiempo de entrega de las cajas CLAP. «El decreto presidencial establece que estas cajas deben ser entregadas quincenalmente y deberían pesar 20 kilos, ahora llegan cada dos meses y traen tan sólo 8 productos», expresó.
Afirma que los bonos a través del carnet de la patria, representan menos de 6 dólares al mes, mientras la canasta mínima alimentaria de 8 productos: carne, huevos, pollo, harina precocida de maíz, arroz, pasta, queso blanco y aceite cuesta en estados como Lara, 60 dólares.