Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- A la Emergencia del Hospital Pediátrico llegó con su hija en brazos. El hombro lo tenía cubierto de vómito, pues la pequeña (una bebé de 15 meses) amaneció enferma del estómago. Eran las 8:30 de la mañana cuando Zulay Mosquera se sentó en la Emergencia del Pediátrico a esperar a que su hija la atendieran.
«Tenga paciencia. El médico está ocupado«, le decían las enfermeras a la mujer que, con el pasar de los minutos se desesperaba. La niña no paraba de vomitar y el llanto era una constante; sin embargo, nada de eso aceleraba la atención de la pequeña, pues las enfermeras cada 10 minutos le decían que tenía que mantener la calma.
Tres horas después, una enfermera se acerca y le dice que ya es el turno. Son las 11:47 de la mañana cuando al fin la niña y la mujer reciben atención médica. «Me parece una falta de respeto lo que está pasando aquí. Uno lo aguanta porque no tiene dinero para pagar una clínica, pero deberían revisar esto porque la atención que presentan es muy deficiente. Los niños se mueren esperando», señala indignada la mujer.
La historia de esta mujer no es aislada, pues este es el día a día de las personas que van al Agustín Zubillaga en busca de atención médica. «Uno llega y lo primero que hacen es sentar a los enfermos en un pasillo. Allí pasan las horas», comentaba Manuel Montes, familiar de uno de los niños hospitalizados en el pediátrico.
Según comentaron las personas, los retardos en la atención de los pacientes se debe a la falta de especialistas dentro de la institución, pues las mismas enfermeras les han dicho a los representantes que no hay quién vea a sus hijos.
«Viene demasiada gente y hay muy pocos médicos. Es verdad que el personal se ve atorado debido a la cantidad de pacientes, pero debería haber una especie de filtro para priorizar los casos graves. Dentro del pasillo de Emergencia se ven a niños vomitando, desmayados o convulsionando por el tiempo que deben esperar», comentaba Argenis Montes, al ser consultado a las afueras de la institución.
Además de la tardía atención médica, los familiares de pacientes denunciaron lo que cuesta dejar a un niño hospitalizado en el centro médico pues, por lo general, los especialistas hidratan a los pacientes y los mandan de regreso a casa.
LA PRENSA intentó hablar con las autoridades del Hospital Pediátrico para ver por qué el retraso en la atención de pacientes, pero la directora de la institución fue negada hasta en dos oportunidades al equipo reporteril.