Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.- En medio de lágrimas, María Infante llegó a su trabajo, bajó de un autobús temblorosa que iba de El Trompillo hacia la avenida Vargas, vio pasar la muerte por el frente cuando un antisocial le apuntó en la cabeza con un arma para que le diera su celular. Además de ella, otras 40 personas a bordo fueron robadas.
«El malandro se montó como un pasajero más, pero a los cinco minutos se paró en la entrada del autobús y empezó a decir que había salido de la cárcel, y había sido procesado por robo agravado y homicidio intencional. Pidió que le colaboráramos por las buenas, porque tenía que darle de comer a sus hijos. Como nadie sacó el efectivo comenzó a amenazarnos con un revólver», contó Infante. Los ladrones vuelven al acecho, van en aumento los casos de personas que denuncian robos y hurtos en el transporte público y en zonas comerciales.
«El Mercado El Manteco es zona roja, en medio del bululú de buhoneros te halan la cartera y te roban lo que cargues. Aunque son más baratas las cosas en efectivo, los choros te persiguen. A mí me cortaron el bolso y me sacaron el celular más 38 mil bolívares en efectivo. El viaje me salió caro», expresó Elsa Torres, una de las víctimas de la delincuencia.
Carmen López expresó que este tipo de delitos eran cada vez menos frecuentes. «Los choros se habían ido del país, por eso las personas se confían de hablar por teléfono en la calle o en los rutas, pero siempre hay que estar atentos de aquellos con actitud extraña», dijo.
Los transeúntes piden a los transportistas prohibir el paso de charleros a las unidades y de vendedores de chucherías. «Muchos son antisociales, y los choferes son cómplices cuando los dejan subir a la unidad», soltó José Ribas.