Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.-& ;La clínica (síntomas y signos mostrados por el pacientes) se ha convertido en la única forma de diagnosticar enfermedades en los hospitales públicos.
La ausencia de aparatos para la realización de pruebas y la falta de reactivos para el funcionamiento de los hospitales obliga a los médicos a dar diagnósticos apoyándose únicamente en las características del paciente. Dicho de otra manera el diagnóstico se hace con tacto, al ojo por ciento.
«Practicamos una medicina de guerra. Estamos atrapados en los años 50, cuando una mujer llegaba a dar a luz sin ni siquiera tener un eco. Se diagnostica por lo que dicen los enfermos, por lo que sienten. Presionamos aquí y allá y es así como se sabe dónde es que duele», decía uno de los médicos residentes del Antonio María Pineda, quien comenta que en sus prácticas profesionales de cada diez enfermos ingresados ocho no cuentan con un examen clínico.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara, también ha denunciado la realidad que atraviesan los centros de salud, pues en hospitales como el Antonio María Pineda no están realizando exámenes de ningún tipo, pues ni siquiera placas de tórax (prueba elemental para ver el estado de los pulmones) se hacen en este centro de salud.
«La practica del ejercicio médico es cada vez más difícil, pues en nuestros hospitales no hay cómo diagnosticar a los pacientes y ese es un tema muy delicado. Nuestros médicos sufren a la hora de hacer diagnósticos porque no hay un examen clínico que respalde el criterio médico», explica Rivas.
Lo que más indigna, tanto a médicos como a pacientes, es el tardío diagnóstico de las enfermedades, pues las personas ingresan a los hospitales y no son recetados de inmediato, pues no hay cómo certificar lo que tienen.