Daimar Díaz | LA PRENSA de Lara.- Las actividades recreativas que solían realizar los niños al finalizar el año escolar se han vuelto impagables, esto por la razón que deben ser canceladas en moneda extranjera a la cotización del día.
Padres de familia expresan que, lamentablemente, no podrán inscribir a sus hijos por no contar con los recursos necesarias, ya que el costo de una semana en un plan vacacional es el acumulado de tres meses de su salario. «Mi hijo esperaba con ansias el final de las clases para comenzar sus actividades en los planes vacacionales, pero ahora se debe quedar en casa porque no puedo costear los gastos», expresó Carmen Trujillo.
Los precios de un plan vacacional varían según el tiempo y lo que ofrece. Las actividades en la Academia de Fútbol Rey tienen un valor de 185.000 bolívares por semana además de la cancelación de la inscripción. Mientras que en la academia de béisbol Delfines de Joe, cobran 25 dólares por tres semanas de diversión, donde aparte del entrenamiento deportivo contarán con la entrega de una camisa y gorra alusiva al plan vacacional, entre otras actividades recreativas y deportivas
Pero el precio va incrementando si las actividades programadas son variadas. En las instalaciones de Chilanga se llevará a cabo un plan vacacional con unos precios que son casi impagables, pues para que su chamo pueda participar en los talleres de manualidades, cursos de minichef, orfebrería, entre otros, debe pagar 115 dólares por una semana.
A reinventarse
El psicólogo Luis Osal expresa que los padres no deben exponer a los niños a los lamentos de que antes se podía y ahora no, sino que deben buscar nuevas alternativas que entretengan y eduquen a los pequeños, además de compartir tiempo en familia. «Normalmente por las clases y las ocupaciones del hogar o laborales, los padres no suelen pasar tiempo de calidad con sus hijos, este tiempo vacacional se puede aprovechar para fortalecer la unión familiar», sentenció.
Osal, quien también manifestó que las tareas dirigidas pueden ser de gran ayuda para su preparación escolar y además recreativas, si se salen de los espacios tradicionales, destacando que se puede enseñar mediante juegos didácticos, en espacios abiertos que no representen rigidez para los niños y así puedan concentrarse y participar voluntariamente.