José Daniel Sequera | LA PRENSA de Lara – Desde las 3:00 de la mañana, Juan Barahona estaba el sábado en la cola para surtir gasolina en la estación de servicio de la avenida Vargas con carrera 21. Al vivir en El Cují, el fin de semana era su único chance de echar gasolina. «No sé si pueda tener algún tipo de emergencia y necesite el carro con gasolina durante la cuarentena radical», comentó.
Así como Barahona, miles de barquisimetanos estuvieron sábado y domingo apostados en todas las estaciones de servicio, manteniendo la esperanza de poder llenar de combustible sus vehículos antes de hoy, cuando comienza la semana de cuarentena radical, en la que sólo se podrán surtir a sectores priorizados o ni siquiera podrán salir de sus comunidades.
Sean en las gasolineras subsidiadas o las dolarizadas, los guaros duraban hasta diez horas en cola para optar llenar por lo menos 20 litros de gasolina. «Yo no puedo esperar hasta dentro de ocho días poder echar gasolina porque tengo el nivel muy bajo, así que me toca hacer la cola», reportó Carlos Cabrera.
Sin embargo, a diferencia de la primera semana de radicalización en la que la mayoría de estaciones de servicio tenían gasolina, durante este fin de semana solamente había una veintena de gasolineras operativas tras un recorrido realizado por el equipo reporteril de LA PRENSA por estaciones ubicadas en el centro, norte, este y oeste de la ciudad.
En las que había menos colas eran en las estaciones dolarizadas, pero aún así en estas hubo mucha espera. Por ejemplo, en una de las dos estaciones de servicio VIP de la avenida Venezuela con avenida Bracamonte, la mayoría esperó un promedio de cuatro horas para poder echar gasolina.
«Cuando comencé la cola estaba cerca de la Honim a las 8:30 de la mañana, pero ya casi se hacen la 1:00 de la tarde y todavía me quedan unos cuantos carros», reveló el señor Duaime Sosa mientras hacía su cola frente al colegio Independencia.
Una situación parecida ocurrió en la estación de servicio Miranda II (carrera 15 con calle 51), porque aunque comenzaron a trabajar desde temprano y la atención era rápida, dejaron de trabajar un poco después de las dos de la tarde.
«Muchos no podrán salir de sus casas la semana que viene y por eso están buscando la manera de echar gasolina, así sea en dólares», aseveró Martín Fernández.
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