Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- La producción del suculento pan campesino o pan francés ha bajado en un 60 por ciento, en medio de la pandemia por el coronavirus. Debido a la cuarentena social y cumpliendo con el decreto de la gobernadora Carmen Meléndez, los panaderos dejaron de producir suficiente pan porque deben cerrar antes de las 2:00 de la tarde.
Silvino Vásquez, miembro fundador de la Asociación de Panaderos, contó que antes de la cuarentena gastaban tres sacos diarios para hacer todo tipo de pan, pero ahora debido a la cuarentena social sólo gastan de medio a un saco de harina, de 45 kilos.
«Seguimos en funcionamiento porque tenemos que trabajar, aunque las producciones en las mayorías de las panaderías del estado han bajado. Los precios se están aumentando semanal o quincenal porque los precios de la harina de trigo se elevaron por la falta de combustible», comentó Vásquez.
Panaderos consultados por LA PRENSA detallaron que un saco de harina de 45 kilos se pude conseguir entre 30 a 35 dólares, pero debido a que los molinos no están trabajando 100 por ciento, han tenido que comprar la materia prima a precio bachaqueada y en el mercado negro la consiguen en 42 o 45 dólares.
«El recorte de horario ha dificultado que salgamos a comprar los demás productos para elaborar el pan. Ahora debemos hacer la recepción en la mañana para poder hornear al mediodía y así poder vender hasta las 2:00 de la tarde», comentó Vásquez.
Un pan campesino se encuentra entre 60 y 100 mil bolívares, mientras que un pan canilla oscila entre 45 y 60 mil, a quienes les gusta el café con un rico pan dulce deben desembolsillar un poco más, pues un pan tunja se consigue entre 85 y 100 mil bolívares, mientras que el pan de guayaba en 135 mil y el pan piñita en 20 mil.
«Estoy entre la espada y la pared. Siempre me he dedicado a vender pan dulce y mis ventas eran altas en horas de la tarde, pues es el momento en el que las personas comen sus meriendas con una buena taza de café», comentó Diana Rodríguez, panadera.
Golpeados
No sólo el decreto ha golpeado a los panaderos, sino que también la falta de combustible, pues deben buscar la manera para surtir gasolina y poder comprar toda la materia prima. Además están trabajando sólo con empleados que viven cerca de los negocios por la falta de transporte público.
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