Rojas / Jordán | LA PRENSA de Lara – El primer fin de semana de la cuarentena nacional decretada por el gobierno fue utilizado por los guaros como los días para abastecerse. Usando todas las medidas de prevención sanitarias como el uso de guantes, lentes y tapabocas, las personas salieron de sus casas para comprar los productos de la canasta básica.
Mercados municipales, cooperativas, abastos chinos, carnicerías, panaderías y ferias de verduras se vieron full de gente desde el viernes hasta el domingo. Todos los clientes, usando todo tipo de tapabocas, afirmaban que «les tocó salir» para comprar «lo esencial», con el miedo de contagiarse con el COVID–19.
Uno de ellos fue Johan Mendoza, quien se encargó de ser la única persona de su casa en hacer el mercado familiar en la cooperativa de Ruiz Pineda, sitio en el que regalaban un poquito de gel antibacterial a los clientes antes de entrar al área de los víveres. «Tenía una semana completa sin salir, pero hoy me tocó salir para comprar la comida, especialmente la de mi hijo», comenta al señalar un saco lleno con cereal, leche y pasta.
Por la afluencia de personas, los comerciantes y trabajadores de diversos establecimientos estuvieron pendientes de que la gente cumpliera con las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la recomendaciones hechas por el Gobierno nacional y regional, entre las que se cuenta la separación de personas de un metro y medio, además evitar estar mucho tiempo dentro del establecimiento.
Hasta mediodía
Durante el domingo también se vio a personas comprando comida aunque en menor grado. Las autoridades regionales no pusieron impedimento a las personas para que trabajaran; sin embargo, dejaron claro que sólo se podía vender hasta mediodía.
En Mercabar y en las inmediaciones del mercado Terepaima, se pudo observar a personas vendiendo hasta las 11 am.