Maía B. Jordán& ; | LA PRENSA de Lara – Panaderías comunales están en descenso en Lara, ya que el 70% ha tenido que cerrar sus puertas por la falta de materia prima y las bajas ventas.& ;Así lo aseguró Édgar Alvarado, miembro de las Unidades de Producción Familiar de Panadarías Artesanales, quien detalló que de 505 panaderías que estaban en Lara, hoy sólo quedan funcionando 150, cuya producción no está al 100%.
Alvarado enfatizó que el golpe más fuerte que han tenido es que La Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria (Sunagro) desde hace cinco meses no les vende harina para su producción, lo que trajo como consecuencia que poco a poco se vengan a pique.
«Nosotros fuimos en el mes de enero, pero nos dijeron que el cargamento de harina está por llegar, pero tenemos cinco meses que no nos despachan», dijo Alvarado. Los que quedan aún trabajando deben comprar un saco de harina entre 3 y 4 millones de bolívares, pero las ganancias no les da para mantenerse.
El panadero aseguró que los que están guerreando para no cerrar tienen que trabajar un día de por medio. «Yo por ejemplo produzco tres veces a la semana nada más. En esos días sólo puedo realizar 150 panes canillas y de 30 a 40 paquetes de panes dulces de ocho unidades cada uno, cuya inversión total es de un saco de harina de 45 kilos», detalló.
Agregó que hace 4 años usaban un saco de harina diario, pero por los costos y las bajas ventas ya no pueden hacerlo. El panadero comentó que hay compañeros que se han tenido que ver en la necesidad de vender sus herramientas para seguir manteniendo las panaderías, pues a la hora de sacar papel y lápiz las cuentan no dan.
Hay dueños de panaderías artesanales que han tomado la opción de cerrar y sólo abrir cuando tengan harina. Por ejemplo, la señora María Castro, quien tiene una panadería artesanal, contó que ya tienen dos semanas que no abre el negocio porque para ella es imposible seguir comprando un saco de harina en 4 millones de bolívares porque no le ve el «queso a la tostada» y prefiere parar la producción.
Pierde rentabilidad
Dueños de panaderías& ;comunales ya no ven estos comercios como un negocio rentable, contrario a cuatro años atrás cuando tenían a su favor la entrega de todos los insumos por parte de Sunagro. La razón principal& ;de este cambio en la producción son los constantes aumentos en el precio del saco de harina.
Según Carlos Carrillo,& ;representante del Frente& ;Nacional de Panaderos& ;Comunales, una de las razones por las cuales las panaderías se vienen abajo es porque Sunagro no les da la mismas cantidades que antes ni a precios módicos. «Ahora se reciben cinco o siete sacos al mes, cuando antes recibíamos hasta 25 sacos, por eso a algunos compañeros les tocó adquirir tanto la harina como los otros productos en el mercado negro hasta en 50 dólares» que igual no da para mantener el negocio.
Fuera de alcance
Diony Bastidas, dueño de una panadería comunal ubicada en el sector Barrio Unión, asegura que «empezando el año 2020 el saco de harina de 45 kilos estaba en 500 mil bolívares, pero actualmente está en 4 millones de bolívares, y aún no sé en cuánto estará la próxima semana, sin importar su precio, el valor del pan no cubre los costos de producción«.
Bastidas considera como un «dolor de cabeza»& ;el proceso de adquisición& ;de la harina, el único insumo que recibe del Estado, pues tiene que comenzar a echar números para saber cuántos sacos& ;puede comprar para no& ;descapitalizarse y tener& ;aún dinero para comprar& ;otros ingredientes como la levadura y la manteca.
«En más de una ocasión me toca vender a otros panaderos los sacos de harina que no utilicé a 40 dólares cada uno para lograr comprar otros insumos porque lo que tengo presupuestado para los despachos está muy por debajo de lo que me toca invertir», expresó.
Es por eso que a los panaderos comunales, les& ;toca aumentar el precio& ;de los panes constantemente, lo que genera molestias entre los vecinos de sus comunidades, quienes a veces les critican los aumentos «bruscos». Marlene Suárez es una de esas panaderas que recibe críticas de sus vecinos en Pueblo Nuevo cada vez que ella aumenta el precio de la canilla,& ;único producto salado& ;que está produciendo por la falta de insumos. «Tengo que explicar constantemente a mi clientela que la harina& ;aumenta mensualmente porque la adquiero a un vendedor y no a Sunagro. Unos entienden, otros no y creen que lo hago para enriquecerme», señaló.