EFE | LA PRENSA DE LARA.- La tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó en octubre hasta 6,2%. Esto supone el registro más alto de los precios de consumo en este país desde 1990. Todo en medio de la fuerte demanda de los consumidores y los problemas en las cadenas de suministro globales ante la crisis provocada por la pandemia.
Los precios de consumo subieron nueve décimas en un mes. Así lo informó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales.
Se trata del quinto mes consecutivo en el que la inflación interanual se sitúa en Estados Unidos por encima de 5%.
El dato del mes pasado genera especial inquietud, ya que muestra un alza más generalizada que en meses anteriores, que se había centrado en sectores específicos.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en octubre fue de 0,6%, con una tasa anual de 4,6%.
Los precios de la energía subieron en octubre 4,8% y los de los alimentos subieron 0,9%, según el informe del gobierno.
En concreto, los precios que pagan los consumidores por la gasolina aumentaron 6,1% el mes pasado y han subido 49,6% en un año.
Para Jason Furman, profesor de Economía de Harvard e investigador del Instituto Peterson de Economías Internacional, la subida mensual de precios de 0,9% en octubre es un «indicador extremadamente alto».
«Además, la inflación se está extendiendo. Ha sido un gran salto incluso si excluimos los coches y servicios afectados por la pandemia», indicó en su cuenta de Twitter.
Presión sobre la Reserva Federal
El dato de este miércoles añade presión a la Reserva Federal, que ya anunció que a partir de este mes comenzará a reducir gradualmente el multimillonario programa de compra de bonos. Este fue lanzando para apoyar a la economía tras la crisis provocada por la pandemia.
La pasada semana la Fed dejó sin cambios los tipos de interés en el rango de entre 0% y 0,25%. Y anunció el inicio de la rebaja de las inyecciones de liquidez en 15.000 millones de dólares al mes.
Con esta decisión el volumen de compras mensuales de bonos, actualmente en 120.000 millones de dólares, se irá reduciendo progresivamente con el objetivo de acabar completamente con el programa a mediados de 2022.
«Si la inflación no disminuye, la Reserva Federal puede necesitar reducir su programa de compra de bonos a un ritmo más sustancial y elevar los tipos de interés, lo que podría dañar los activos financieros». Así lo advirtió Nancy Davis, directora del fondo de inversión Quadratic Capital Management.
Pese a conceder que es más persistente de lo anticipado unos meses atrás, el presidente de la Fed, Jerome Powell, recalcó la semana pasada que sigue pensando que la elevada inflación obedece a factores que son transitorios, como los problemas en las cadenas de suministro globales y la fuerte demanda.
Así, consideró que los motores de esta mayor inflación están directamente conectados con las alteraciones causadas por la pandemia. Y destacó que no ve presiones inflacionarias sobre los salarios.
Por ello, estimó que el alza de precios comenzará a moderarse en el segundo o el tercer trimestre de 2022.
Crecimiento
En septiembre, la Fed rebajó sus previsiones de crecimiento económico hasta 5,9% este año, frente a 7% estimado hace tres meses; mientras que elevó levemente las de inflación de 3,4% a 4,2% para final de 2021.
El banco central estadounidense tiene previsto celebrar su última reunión del año de política monetaria el 14 y 15 de diciembre.