Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Todavía no cierra octubre y se siente el coletazo de un aumento de hasta 50% en papa, tomate, pimentón, cebollín y ají dulce. Es lo que viven los vendedores y productores ante ese afinque por las fallas de combustible, que siendo bachaqueado supone un ajuste en los rubros y que terminó de acentuarse con el brinco del dólar a Bs.D. 5 ante la última reconversión monetaria.
Durante el recorrido, vendedores confirman que está sucediendo algo inusual porque ha sido muy alto, al punto de casi redoblar el valor. La única opción que consideran es optar por las hortalizas de segunda, aquellas que pueden tener una mínima rebaja por ser de menos dimensiones. La papa lleva la delantera con el saco que subió de $10 a $25 y que por lo general llega desde Mérida, con el agravante de mayor costo por los aditivos que puedan perder en carretera, en la colaboración en ciertas alcabalas.
La cesta de tomate estaba en Bs.D. 40 y llegó a Bs.D. 80, según explica José Briceño, quien lleva 20 años dedicado a las hortalizas, este incremento se debe a los costos para cuidar la cosecha, sobre todo en fertilizantes. El ají dulce también pasó de Bs.D. 60 a Bs.D. 140. Mientras que el pimentón se tenía la cesta en Bs.D. 30 y llegó a Bs.D. 60. Además del cebollín, cuyo paquete de 10 kilos estuvo en Bs.D. 8 y se encuentra en promedio de Bs.D. 25.
Es así como Ángelo Ortega, confirma que para poder sobrevivir opta por comprar ese rubro de segunda y muestra unas papas pequeñas y con ciertos orificios, que igual son aptas para el consumo. Lamenta que es una forma de poder hacer las ventas más atractivas, frente al detal que se limita al menudeo en consumidores que sólo pueden llevarse lo que consumirán en el día.
Al consultar al productor Gerardo Castillo, desde Duaca, empieza por lamentar las dificultades con el combustible y que este pueblo era considerado como referencia en tomates y papas, pero no es sostenible ante el gasto extra por combustible y semillas importadas a $300.