Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Tintorero es un pueblo referencial en tejidos, que desde hace dos años no celebra las Ferias Internacionales de Artesanía y que ante el clamor de sus creadores buscan la manera de resaltar en turismo y cultura, por lo que invitan del 2 al 5 de diciembre de 2021 para un reencuentro artesanal. Buscan un respiro con la invitación de participantes nacionales, así como la proyección ante un pueblo en estado de sobrevivencia, con creadores que apenas llegan a vender tres hamacas a la semana.
Esos agostos de celebración con la aldea artesanal de anfitriona de artistas internacionales, además de una variada cartelera musical, sólo dejan nostalgia entre los creadores locales que se niegan al cese de esta tradición que durante 28 años les llenó de júbilo. Una vitrina de proyección con una masiva asistencia, además de los paseos de temporadistas los fines de semana.
Carlos Hernández, responsable de la organización, señala que fue una petición de esta comunidad artesanal con miras de retomar la esencia de este pueblo de Jiménez y con las esperanzas de contar la masiva asistencia por tratarse del diciembre de flexibilización. Actividades que empezaron este 22 de octubre con el primer casting para la elección de la Reina de Tintorero, con la soberana saliente Denyerlimar Cardie.
Precisa que esperan la reunión con la autoridad regional de Turismo para confirmar el apoyo, así como la suma de interesados en apoyar el patrocinio de esta actividad. La convocatoria nacional ha tenido la respuesta de 25 representantes de diversas regiones del país, así como del aproximado de 200 artesanos locales. Todos comprometidos en la producción para tener variedad de piezas en tejidos, madera, gres y otros especialmente para esta ocasión.
Sería un respiro para los habitantes de Jiménez, tal como lo confirma Yajaira Vásquez, como las esperanzas en un ambiente con aires de feria para compartir conocimientos y ofrecer las creaciones a los amantes del trabajo realizado a mano. «Uno sigue trabajando, pero estamos quedando solos», se lamenta Yajaira Vásquez, quien lleva 20 años desde la aldea artesanal y dejando la dedicación exclusiva del tejido, para combinarla con la venta de piezas en gres.
Se trata de un ambiente, cada vez más estrecho. Vásquez lo describe con la soledad vivida desde la aldea que es alrededor de 100 artesanos fijos, apenas ella se cuenta entre los 15 permanentes. El colorido de los tejidos es cada vez menos, cuando vive en la añoranza de esos tiempos de bonanzas, en los que llegaban transportes con clientes que compraban al mayor y que actualmente sólo se llegan a vender entre 2 o 3 hamacas a la semana. El precio que ha sido un poco accesible es de los chinchorros, en $25 y las hamacas de huaral sintético en $30. El gres tiene más salida en juego de cafeteras o de chocolateras a un precio entre $4 a $6.
Las esperanzas se centran en este diciembre, recordatorio de la vitrina cultural que mantiene la esencia de Tintorero, que aún conserva las manos bendecidas que saben de las medidas exactas de los bastidores de madera.